Creemos que nuestra vida no tiene precio, no le podemos dar un valor económico, ya que este es incalculable.
Mediante este producto aseguramos la subsistencia de nuestros seres más queridos, los cuales dependen de nosotros. Factores como la existencia de hipotecas comprometen a nuestros padres e hijos, así como la posibilidad inherente a la vida de no poder desarrollar un trabajo hacen que nos planteemos darle un valor.
En diferentes modalidades, fallecimiento por cualquier causa, invalidez absoluta y permanente por cualquier causa, pérdida de autonomía, incapacidad profesional, accidentes de circulación, enfermedad grave, segunda opinión médica, cirugía estética en caso de accidente y enfermedad grave hijos.
Solicitar información
Para quién:
Particulares y empresas