Cubrimos las “trastadas” de tus hijos
En nuestra última entrada al Blog estuvimos hablando sobre cómo escoger el mejor seguro, en este artículo dábamos una serie de pautas para identificar de manera rápida y sencilla un buen producto.
Nos queremos centrar ahora sobre la importancia de contratar el mejor producto. No todas las compañías aseguradoras ofrecen el mismo producto aunque lo parezca.
Una póliza de seguro tiene dos partes importantes:
– La primera es la póliza con sus garantías, dónde nos dicen el nombre de la garantía, si está contratado y el capital asegurado. Es de fácil interpretación y muy parecido entre todas las compañías
– La segunda parte, y más importante, es la que el cliente no puede ver con claridad, ésta son las condiciones de la póliza, es decir, la explicación de lo que realmente estamos contratando.
Los mediadores de seguros debemos conocer perfectamente las condiciones, ésta segunda parte, de cada garantía y de cada compañía con la que trabajamos, hasta dónde llega la cobertura, límites indemnizatorios, exclusiones, carencias y franquicias.
Una póliza de seguro no es más cara en una compañía u otra porqué si, generalmente, cuánto más se cubra más alta será la prima de tarifa, luego los descuentos aplicados a dicha prima nos permiten ofrecer precios muy competitivos.
Un ejemplo muy sencillo:
En una póliza de hogar nos podemos encontrar con la garantía “localización daños por agua”, ésta cobertura nos permite localizar una fuga de agua que no sabemos de dónde viene, puede ser necesario picar un buen tramo de pared para poder localizar dicha fuga, pues bien, picar y volver a cerrar la pared podría bien costar 700 euros. Tenemos contratada ésta garantía, pero, ¿con qué importe?, muchas compañías tienen un limite de 300 euros, esto significa que los 400 euros restantes irán a cargo del asegurado.
Otra ventaja de dejarse asesorar por un buen profesional, conocemos a la perfección todas las compañías con las que trabajamos.
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